-me gustaría matarte cerdo hijo de
puta.
Le grito mientras se encuentra
amordazado y atado a la silla de la cocina.
-que te hice yo para que me hicieras
esto?? -sollozo- que coño te hice yo para que me rompieras así,
-lloro- para que me destrozaras asi.
Me siento en el suelo de la cocina
mientras le observo, mientras me balanceo llorando y sintiendo que el
dolor desgarrador del pecho me impide respirar. -porque me has echo
esto?- pienso, mientras q mil imágenes me martillean la cabeza
recordándome así el porque le odio, el porqué estoy aquí, el
porqué tengo el alma destrozada, inerte en las frías baldosas de la
cocina junto al charco de sangre... mi sangre... castillos de cristal
destrozados en mil pedazos tan sumamente diminutos, imposibles de
recomponer...
-que has echo de mi??- le digo mientras
llorando deseo desaparecer.
El silencio solo es ahogado por mis
gritos internos, por mis sollozos, por mis porqués...
Me levanto, llena de rabia, empiezo a
tirar todo lo que encuentro a mi paso, sonidos de cristales rotos, de
objetos chocando contra el suelo, -tus malditas manzanas- le digo
mientras que se las arrojo con todas mis fuerzas. Grito hasta que
dentro de mi ya no queda nada, nada salvo ese vacío lleno de
oscuridad y cristales rotos, solo ese dolor desgarrador que hace
desear arrancarte el pecho, que hace que te claves las uñas con
rabia hasta que tu piel blanca se torna rojiza y la sangre empieza
hacer acto de presencia.
Me acerco a él, le quito la venda de
los ojos, -mírame!!- le grito cuando baja la mirada.
-Mírame a los ojos!!- y le giro la
cabeza mientras le obligo a mirarme.... -mírame, lo ves??? ves que
no queda ni un ápice de luz en ellos? Ves mi alma ahi dentro?? como
agoniza? Lo ves? Lo entiendes ahora?? ya no queda nada de mi, has
destrozado todo lo que merecía la pena ahí dentro, has destrozado
todo. Contento? Has conseguido llevarte toda la luz que tenia, toda
esperanza, todo amor, toda vida... ya no queda nada... no puedo
perder ya nada con esto, porque ya no tengo nada...
Le suelto la cara mientras q sus ojos
se llenan de lágrimas. Me dirijo tras de él, abro el cajón de los
cuchillos de cocina y en mi mente resuena mi ultima frase.
- no puedo perder ya nada con esto,
porque ya no tengo nada...
pd. Resultado del ejercicio de las imágenes, prefiero no pensar xq ha salido esto con tres manzanas :-)
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